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Crónicas del verano: ¿por qué el arte?

Ya es 5 de Octubre. De nuevo Madrid. Después de un verano intenso, cargado de viajes desde Colombia a Servia pasando por Ibiza y Berlín, las calateas vuelven a casa. Vuelven con las energías renovadas, la mirada más brillante y las dudas bien cerquita para ayudarles a caminar. Con este post damos la bienvenida al curso (¡BIENVENIDO!) y metemos la mano en la intimidad para sacar a la luz una parte de la correspondencia de verano.

01/ 08/ 2016


Querida Paula, hemos llegado finalmente a Valabrix, un pueblo precioso de unos 300 habitantes en la provenza francesa donde vamos a trabajar durante 3 semanas. ¿Qué trabajo vamos hacer? ¿Con qué objetivo? Vamos a crear un espectáculo que nacerá y se inspirará del pueblo mismo, de lo que cuentan las calles y de lo que comparten con nosotros los habitantes. Haremos también 3 talleres abiertos de teatro y artes plásticas para niños y adultos. L ´ Abrix Bar, la asociación que nos acoge ha ya informado a los habitantes de nuestra "pequeña invasión" y parecen bastante receptivos.


Pero, ¿sabes?, tengo que confesarte algo, me viene siempre una duda... ¿Por qué proponer arte? ¿Qué podemos aportar, haciendo teatro, a esta comunidad? ¿Por qué no proponer un campeonato deportivo, o encuentros culinarios...? Y necesito seriamente responderme cuando me aparecen estas preguntas.


Quizás simplemente estoy equivocando el enfoque y en 3 semanas no tenemos que plantearnos ser verdaderamente útiles, quizás tenemos que ser más humildes y pensarnos como una actividad de ocio saludable para las personas que viven aquí en verano.


¿Qué piensas tu? Quería compartir esta duda contigo.


Te mando un abrazo y hasta la próxima semana


Paula.


5/08 2016


Querida Paula:


Cuando me comentaste que irías con Julie a Valabrix para realizar una residencia de creación la pregunta por la utilidad para la comunidad del trabajo que hicierais ahí no resonó en mi cabeza. El que ahora escribas estas preguntas (¡tan pertinentes!) me hacen formular antes otras que considero previas. Sin olvidar el "¿por qué el arte?", te propongo que la dejemos para más adelante y pensemos antes las siguientes:

¿qué es lo que os hizo elegir ese sitio para la creación? ¿estaba pensada la residencia como un proyecto de "arte comunitario"? ¿Por qué habéis decidido añadir los talleres a vuestro plan allí y transformarlo en una "pequeña invasión"?

Entrando en tu mente imagino que serían una forma de devolución a la comunidad por haberos acogido, por haberos dado el espacio para la creación, ¿no? El que haya residencias de creación donde los artistas puedan, con la mente despejada, lejos de su cotidianidad, crear, me parece un bien intangible pero poderoso. Que pueblos pequeños como Valabrix les acojan de forma gratuita es un gesto de generosidad y altura de miras por su parte pero no cae en vacío. Confío en que el arte vale por si mismo, un arte construido desde la ética y el respeto al entorno que habita, pero también un arte que es sincero con sus límites y con lo que aporta: en cuanto a transmisor de valores, a despertador de la imaginación, a agitador de emociones, etc. El reto está en aprender a encontrar el equilibrio para una creación ética, que no sea militancia sin investigación artística ni tampoco creación hermética.


Cuando me contabas lo ilusionante de ir a un lugar desconocido "desde lo que el lugar proponga" parecía imporante tener espacio y calma para escuchar. ¿os está siendo posible eso con tanta actividad en tres semanas? ¿es necesario para "implicar a la comunidad" adoptar el papel de "organizador de actividades para ellos"?


Deseosa de seguir compartiendo dudas contigo, te mando un abrazo y mucha mierda con lo que queda.


Paula C.

9/08 2016


Querida Paula C:


Siempre me ayudas a ordenar las preguntas en la cabeza, esencial para llegar a alguna conclusión.

¿Por qué elegimos Vallabrix? porque Adrian, originario de este pueblo y presidente de la Asociación L´Abrix bar nos invitó. Conoce bien a Julie y el trabajo que proponemos. Adrian abrió hace un año y espacio cultural - bar en el pueblo, donde trata de programar actividades culturales. Decidió proponernos este reto de 3 semanas.


El por qué añadir los talleres a la residencia lo has respondido muy bien, una suerte de devolución. Está lógica se ha instaurado como primordial entre los impulsores de la residencia (Adrian y Julie) y la hemos adoptado así. Y llega la pregunta que anticipas, ¿no será mejor no cargarse de actividades y concentrarnos en escuchar, vivir y crear un buen espectáculo? Creo que organizado bien pueden ser compatibles las dos cosas, basta ser realista y consciente del tiempo. Los talleres, además, nos han servido mucho para incorporar recursos al espectáculo (canciones, una actriz más incluso...) Pero el peligro es acabar tomando la carretera de la animación, por eso hay que tener cuidado y tener claro qué, por qué y cómo.


¿y por qué no animación? la animación ofrece a los habitantes una alternativa de ocio y puede incluso que una forma de participación. ¿Qué es lo que buscamos que va más allá?


Gracias por tus respuestas


Paula P


Fotografias de Emanuele Nargi y Jean Fran Delafraise


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